A menos de tres horas al norte de Quito, por caminos llenos de misterio y belleza, se llega a la laguna de San Marcos, en la reserva Cayambe – Coca.
Uno debe salir temprano por la mañana, sin desayunar porque, a tan solo una hora de Quito, está Cayambe, la ciudad del volcán del mismo nombre y de los famosos biscochos, ideales para empezar el día, acompañados de un buen café y del no menos famoso, “queso de hoja”. Un tierno queso hecho con la leche del ganado que abunda en la zona.

Desde Cayambe, se ingresa a la reserva, por caminos que requieren de un vehículo 4x4, (de esos que tenemos en
Casa Kanela) y tras 32 kilómetros de naturaleza, por donde los chasquis entregaban los mensajes de los antiguos Incas, entre ovejas que pastan a la vera del camino, indígenas que cargan en su espalda esteras que ellos mismos han tejido y paisajes casi lunares, uno desemboca en la misteriosa calma de una laguna de montaña.

Esta laguna que está a 3510 metros sobre el nivel del mar, constituye una de las muchas fuentes de las que se abastece de agua Quito, por eso es un lugar protegido y vigilado, al que, para entrar, se debe pagar una pequeña contibución.
En la reserva existen Osos de Anteojos, colibríes, gavilanes, venados y la vegetación es variada y rica igualmente. Desde este punto, es posible planear viajes sea hacia más puntos de excepcional belleza natural o hacia poblados indígenas ricos en artesanía y tradiciones.

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